jueves

¡Manos a la obra!


¿Te confieso algo? Nunca me sentí así. Y creo que todo tiene una razón. Hasta los sentimientos la tienen, por más paradójico que suene. A veces aparecemos en la vida de alguien justo cuando ese alguien necesita que lo mimen y lo tranquilicen... y para mí, esa es nuestra misión en la Tierra. No sé bien por qué, pero vos sos mi misión ahora. Y para serte sincera, el hecho de que seas (además) tan genial me facilita el "trabajo".
¡Miranos! Esto traspasa cualquier barrera. Porque como me decís a veces: "la vida es esto". Y te aseguro que esto me encanta. Creo que es la primera vez en mi vida que estoy segura de algo. No quiero que lo tomes como una cursilería de esas que están de moda. Lo mío es de verdad. Te quiero de verdad. Te quiero cuando tenés frío haciendo 25 grados, te quiero cuando sos vueltero y tardás una hora para pedir o decir algo; me fascina la arruguita que se te hace acá cuando me mirás como si estuviera loca. Te quiero cuando, después de pasar todo el día con vos, mi ropa tiene tu perfume... y quiero que seas vos la última persona con la que hable antes de irme a dormir. Y si te preguntás por qué te digo todo esto ahora, te contesto: me di cuenta de que quiero pasar el resto de mi vida con vos... ¡y quiero que el resto de mi vida empiece ya!